sábado, 1 de noviembre de 2008

LORCA EN BUENOS AIRES

El jueves se conmemoró en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 75 aniversario del viaje de Federico García Lorca a la Argentina.
Un viaje que en principio estaba pensado para unas pocas semanas pero que se alargó en el tiempo hasta los 6 meses, desde el 13 de octubre de 1933 hasta el 27 de marzo de 1934.
El homenaje ha tenido 3 escenarios, todos ellos en la “española” Avenida de Mayo (mis amigos argentinos me dijeron que esta avenida me iba a recordar a la Gran Vía de Madrid y es cierto) y separados por no más de 300 metros.
El primero ha sido el Teatro Avenida, “símbolo de la tradición artística española en Buenos Aires (según reza una placa) y el lugar donde Federico estrenó “El retablillo de don Cristóbal”.

El tiempo acompañó, un día estupendo, 24º, soleado.
La comitiva de la Diputación de Granada llegó puntual a la cita, encabezados por su Presidente D. Antonio Martínez Caler y acompañados por el Director del Patronato Federico García Lorca, D. Alfonso Alcalá.
El embajador D. Rafael Tortosa llegó unos minutos más tarde pero siempre dentro del periodo de “cortesía” y en compañía del actor Pepe Sacristán.
Entre los presentes, además de las referidas autoridades españolas y otras del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, representantes del Rincón Familiar Andaluz de Buenos Aires “gente de a pie” que, como yo, conocían del evento y quisieron asistir, en total unas 50 personas.
Sinceramente llegué con la duda sobre si la asistencia era libre o previa invitación pero tras preguntar a los responsables de Protocolo de Diputación y confirmarme que era libre, me incorporé como nene con zapatos nuevos a todo el recorrido.
Junto a un busto de Federico que regaló hace unos años la Diputación al teatro, se hizo entrega a su gerente de una reproducción del Retablillo de Don Cristóbal, en recuerdo del estreno de dicha obra en 1934.
De ahí fuimos caminando (apenas 50 metros) al Hotel Castelar, en cuya habitación 704 se hospedó el poeta durante su estancia en Buenos Aires. El hotel data de 1929 (obviamente ha sido remodelado desde entonces) pero conserva un sabor antiguo y señorial. Además está a escasos pasos de la Avenida 9 de Julio, en pleno Microcentro y cercano a las principales zonas comerciales.
Dicha habitación se ha habilitado para una exposición que ayer mismo se inauguró y que durará 1mes. Me ha sorprendido el reducido tamaño de la habitación aunque es muy luminosa. La ventana tiene vista a la Avenida de Mayo y a la 9 de Julio . Tanto el suelo como la lámpara eran los originales de la época. Las paredes se han adornado con dibujos de los personajes de las obras de Federico, así como algunos versos. Además se pueden contemplar fotografías de la casa natal de Federico.
Ha sido emocionante, muy evocador.
El siguiente paso fue el café Tortoni, para entendernos podríamos decir que es el equivalente a nuestro Café Suizo, cuando todavía era Café Suizo y no lo de ahora.
Este café es el más conocido y tradicional de Buenos Aires, una auténtica institución que ha cumplido recientemente 150 años. Ha sido por décadas un lugar de difusión cultural, donde se sentaron personajes como Gardel, Ortega y Gasset, Borges, Neruda, García Lorca y tantas otras figuras de la cultura del siglo XX.
Para entrar es normal que haya que guardar unos minutos de cola, ya que también se ha convertido en un referente turístico. Lo bueno es que los precios de las consumiciones se mantienen más o menos normales.
El acto se ha desarrollado en un sótano, una antigua bodega habilitada para actos culturales, conciertos de jazz y espectáculos de tango.
Se tenía preparada la intervención del poeta granadino José Carlos Gallardo, que durante los últimos 40 años residió en Buenos Aires pero todo quedó trastocado por su fallecimiento el pasado martes.
Su viuda, Ana María Sepag, se encargó de representar a su marido y leer la intervención que él había preparado para el homenaje a Lorca ante una sala repleta, entre los que se encontraba su nieto Camilo, un granaíno de apenas 6 meses, sin dudas el más jovencito de los presentes.
Tras una lectura de alguna de las obras de Gallardo, que a todos nos pusieron los pelos de punta por el recuerdo permanente de Granada que aparece en toda su poesía, intervino el Consejero de Cultura de la Embajada, quien contó algunas anécdotas de la estancia de Federico en Buenos Aires.
Una de ellas se refiere a la mala relación entre Federico y Borges.
Parece que el origen de esa mala relación se debió a que en una charla, García Lorca le comentó a Borges que estaba escribiendo sobre una figura norteamericana, sin duda influenciado por su estancia en Estados Unidos. Borges, intrigado, preguntó sobre quién estaba escribiendo, pensando que se trataría de poetas como Walt Whitman o Allan Poe pero quedó petrificado por la respuesta: Federico estaba escribiendo sobre Micky Mouse, el ratón.
El argentino pensó que el granadino le estaba tomando el pelo y a partir de ahí le hizo la cruz.
El homenaje terminó con un video con imágenes de Federico García Lorca en Buenos Aires y el sonido de su voz grabada en Radio Splendid.
Fue una tarde emocionante, rodeado de granadinos de acá y de allá (tuve el gusto de conocer a Paco Molinero, del Rincón Familiar de Buenos Aires, que me invitó el próximo día 9 a una comida a base de tapas en el local de la asociación, ¡cómo echo de menos las tapas!), con el recuerdo de Federico presente y con el orgullo de ser de mi tierra; Granada suena tan bonita cuando estás fuera…

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